Tormenta para 26 años...


" Estaba junto al cristal observando todo cuando de repente el cielo me respondió con una sonrisa eléctrica y a continuación me sobrecogió su carcajada. Allí estaba ella, Mami. En el mismo estado que yo, observadora y a su lado admití el miedo. Ella de la forma más sencilla me puso una mano en la espalda, me abrazó contra ella y sonriendo dijo no pasa nada. Dejé el miedo y esperaba ver otra como aquella. Desde entonces crecí con cierta admiración. Con el paso del tiempo comprendí que son necesarias, para mí son necesarias por mi estado de ánimo.

El día que cumplí 26 años, echada en la cama abrí un ojo y vi la sombría luz que invadía mi habitación, sonreí. Era evidente que estaba fuera esperándome y poco a poco sentí toda su energía en mi interior. Corrí la cortina y la vi con esa mirada... como una amenaza y a pesar de esto sonreí de nuevo. No sé cómo lo hacía, ella estaba ahí y de alguna manera conseguía que lograra encontrarme conmigo misma y supe que quería pasar el día con ella. Sentí toda la fuerza de mi espíritu, el ser en acto y esa mezcla de sentimientos de un lado a otro que hacían que caminara como un lobo que busca la mejor colina para encontrarse con la luna. No cambié de opinión y con los cuatro trapos de siempre para algunos y los favoritos para mí, la acompañé. Me encontré y entonces hice el recorrido sobre mí, tal vez como deslizar el dedo sobre la columna... así. Me encontré y pude reírme, llorar y contar anécdotas, varias... pero no es eso lo que quiero ahora. Hoy quiero estar tranquila, quiero estar. Me gusta sonreir cuando me siento bien, me gusta saber que estaba equivocada hace cinco años o más, me gusta sentirme valiente y mantener la mirada, me gusta sentir la persona que llevo siempre conmigo, me gusta el encanto de un beso bajo el paraguas, me gusta el desorden de mi cabello, me gusta el sonido de una máquina de escribir, me gusta creer en el amor, me gusta el olor de una pipa bien fumada y las gabardinas para el otoño... me gusta pensar sobre lo que me gusta porque puedo conocerme mejor y un poco más. Es como una cadena y al final de cada eslabón puedes acercarte si tú quieres. Sí, puedes hacerlo y con toda la normalidad también podría decir incluso que me gustas tú... mientras sigue la tormenta y vuelvo a sonreir. "

Los cinco

Curvas, ¡curvas sin perfilar!
caminos abiertos y cerrados
y en un campo sin explotar
cinco guardianes delgados.
Guardianes con cinco razones
que pierden el sueño de noche
incluso con dos corazones
te esperan con el mejor broche.
Caminando sobre tu cuerpo
uno a uno acaricia tus labios
y mirándote desde el puerto
hoy marchan los cinco sabios.
Cinco valientes por tu amor
que luchan sin armadura
y concentrados en su labor
son vencidos por tu dulzura.
Te señalan con descaro
y si quererte es lo más sano
es justo lo que regalo
los cinco que son mi mano.