Mi dulce cura


En la plaza del Adelantado sentada en uno de esos bancos dí mis mejores besos, entregué la caricia más tierna, compartí las miradas más cómplices, regalé abrazos una y otra vez, apreté fuerte unas manos que no eran mías y respiré tranquilamente después de varios "te quiero"...con sinceridad echo de menos ese banco y todo lo implica, al pasar lo miro y pienso-mi banco-muy adentro otra voz me dice-nuestro banco-sigo de largo y lo dejo atrás. Cuando llega ese momento en el que me siento pequeña decido observar la inercia de la gente, no dejo que me invada el ruido y tampoco que me inquiete el estrés porque tengo la cura entre mis manos, la misma que todos necesitamos, una simple nota marcada por la dobladura. Allí estamos ella y yo, la abro con el mismo cuidado con el que la llevo todos los días y me enfrento a ella, disfrutando leo:


"No sé si te merezco, pero lo que sí sé es que te necesito. Te Amo."

Poco a poco hace su efecto y vuelve de nuevo esa tranquilidad que pocas veces consigo, entonces suspiro profundamente, concentro todas mis fuerzas y mirando al frente me levanto con una sonrisa dispuesta a todo. Esa dulce cura cómo consuela...yo también la necesito.
pd: para todas aquellas personas que creen en el Amor, incluida yo misma.