Famobil


Hoy me planto aquí para mostrar mi lado más infantil y recordar con nostalgia esa etapa que todos hemos echado de menos algún día o en algún momento. Esa en la que éramos libres de preocupaciones y obligaciones, cuando queríamos ser mayores y decidir solitos a qué hora irnos a la cama, a qué hora podíamos llegar de pasear, en qué podíamos gastarnos quinientas pesetas o enfadarnos con el mundo porque nadie nos entendía, compartir (también se puede decir copiar) tarea, hacer cosas que se confiesan con el paso de los años, disfrutar las tardes de verano, ver los anuncios de la tele para escoger el regalo de navidad, ser la reina de la casa el día de tu cumple, simplemente ser niño y crecer...seguramente ya sabes de lo que hablo. Te diré algo, yo estaré siempre muy agradecida con mi juguete favorito y es que sucedió hace mucho tiempo que ese juguete me dejó creer que yo soy todo lo que quiera ser. Sí, sucedió hace mucho tiempo que siendo pequeña me visitaba todas las noches un fantasma de sábana blanca con una cadena pero yo no tenía miedo porque era un fantasma bueno, incluso me hacía reír. Siendo adolescente fui canguro de dos niños, Miguel y Carmen, eran hermanos muy opuestos, él muy delicado y ella muy independiente. Tal vez por ellos construí un parque para jugar, lo quería con colores diferentes y siempre estuvo lleno de la alegría propia de los niños. Más tarde me fui al pueblo en el que llevé una granja, aún recuerdo el olor del establo, la paja y también los caballos, el sonido de la fuente y el agua fresca. Acabó el verano y empezó mi responsabilidad como profesora de EGB, enseñar y aprender correctamente es una de las tareas más estimulantes por las que he pasado. Para seguir evolucionando trabajé, después de varios años, en un hospital como enfermera. Fue una etapa dura. Después de ésta era necesario un cambio, así que decidí apostar por mi propio restaurante, disfrutar de la comida e infinidad de sabores para el paladar, aquí conocí a muchas personas como Ricardo y Laura con los que salía los fines de semana. Recorrimos muchos kilómetros en aquel descapotable con tapicería de cuero envejecido y a través de tantas aventuras conocí también a Rosa y Ana con su caravana amarilla, con la que pudimos ampliar viajes y conocimiento... son muchas anécdotas que contar y lo sabrán quienes lo hayan tenido en sus manos y todavía hoy tengan alguno expuesto en su habitación como un clásico. Ahora que lo pienso sucedió concretamente cuando fui Famobil.

¡Por nosotras!


Por Venus y su esencia permanente, por Almudena y su conocimiento transmitido, por Sandra y su optimismo, por Alicia y su medida educación, por Rosi y su encanto, por Beatriz y su personalidad con mayúsculas, por Luci y su sencilla participación, por Sara (gor) y su objetividad, por Vanesa y su carácter incondicional, por Natalia y su empatía, por Sandra (hermana) y su sentida vitalidad, por Sara y su responsabilidad, por Mónica y su prudente inteligencia, por Ángeles y su dinamismo, por Tati y su espíritu especial, por Viqui y su cordialidad, por Pili y sus sabias palabras, por Paqui y su admirado coraje, por Olga y su psicología, por Natalia y su naturalidad, por Silvia y su saber estar, por Esther y su espontaneidad, por Natalia y su amable atención, por Ruth y su discreta diplomacia, por Marlene y su tranquila presencia, por Marta y su rápido aprendizaje, por Rocío y su alegría, por Jennifer y su escondida madurez, por Belu y su transparencia...por todas las que somos, por lo que es cada una, por tener un hueco en el calendario y por ser mujer, ¡Feliz día a todas!