La educación

La profesión de la enseñanza es una de las profesiones que más veces ha llamado mi atención. Creo que enseñar implica además de un amplio conocimiento cierta responsabilidad para con el alumno. Fui estudiante de la enseñanza general básica, en un colegio público, ubicado todavía en el barrio que crecí. Tuve profesores que poseían un gran conocimiento de la asignatura que impartían y sabían cómo transmitirlo al alumno, también tuve otros que a la hora de enseñar sabían hacerlo con disciplina, la cual resultaba a veces más dura que el propio contenido de la asignatura, pero garantizaba el éxito del aprendizaje.
La etapa del instituto la realicé a través de la enseñanza secundaria obligatoria, que para mí ha sido lo peor que hay en la educación, sin embargo aquí también disfruté de buenos profesores. Recuerdo uno en particular que en relación a su materia, que era Sociología y Antropología, nos enseñó muy poco pero en relación a valores y principios morales, muchísimo. Tal vez era por el acento de su voz, por la inquietud de sus manos o por la reflexión que hacía en voz alta frente a nosotros mientras fumaba un cigarro en el despacho departamental, ya que era una asignatura optativa y éramos pocos alumnos. Más tarde nos confesó que él estaba licenciado en Filosofía y Sociología. Luego entendí el por qué de aquellas reflexiones, que para mí nunca pasaron desapercibidas.
La etapa de la facultad significó un cambio muy brusco, tanto en el contenido de las materias como en la forma de estudiar y también en los profesores. Aquello era diferente, se respiraba la libertad y la tolerancia de la se es consciente de forma inconsciente el primer año de carrera. Habían profesores que sabían transmitir un conocimiento muy abstracto de una forma tan sencilla que casi podías masticarlo y habían otros que su modo de enseñar era frágil, superficial y a veces incluso egocéntrico, entonces el conocimiento no llegaba igual. En mis años de estudiante de alguna forma aprendí a valorar la calidad de los buenos profesores y eso no solo te permite ser más receptivo a cualquier conocimiento, sino también valorar quién no es un buen profesor.
Y hoy que estudio un ciclo de grado medio, creo que no hay nada peor para aprender, que tener un profesor que no disfruta al cien por cien de su trabajo o que el conocimiento que puede enseñar lo manipula. Entonces recuerdo aquella clase magistral de la facultad con la profesora de Historia de la Filosofía cuando dijo "la enseñanza está destinada al fracaso".

4 comentarios:

Sandra dijo...

Como me gusta leer tus escritos, cuanto daría yo por poder estudiar y acabar lo que un día empece, besos,tq.

yraya dijo...

Sabia frase la de tu profesora de historia.Desde luego que no hay nada peor que un profesional de cualquier rama que no esté motivado hacia su trabajo, no me extraña que fracase en su labor.
Pero tu no te desanimes, que de esos quedan pocos y cobardes...
Un besote muy grande y que tengas buen fin de semana.

peponita y venus dijo...

Hola chicas, Sandra yo no soy muy amiga de los refranes pero ya sabes que nunca es tarde para aprender, aunque te puedo asegurar que con el profesor que tengo este año, he llegado a pensar que hay una edad para aprender. Hagamos un trato, yo te cambio mis escritos por todo lo que sabes en cocina, ¿aceptas? :)
Yraya tienes mucha razón, lo que pasa que yo me he centrado en esta profesión porque es la que siempre me ha gustado y por las historias que ya conoces de este señor. Pero yo estoy dispuesta a vencer la batalla con inteligencia. Aunque te respondo con una semana de retraso, yo también te deseo buen fin de semana.
Un beso grande a las dos.

இலை Bohemia இலை dijo...

Los buenos profesores marcan y los malos no se olvidan (para bien o para mal)...Y como bien dice Yraya, un profesional que no está motivado es lo peor...por eso siempre a mis sobrinos les he animado a que se decantaran por una carrera que les entusiasmase, con la que disfrutasen a tope...y con orgullo digo que me han hecho caso...

Besos