La conexión

Muchas veces recuerdo esa frase. Una tarde de verano en el salón estábamos Sara y yo hablando, nos acompañaba su abuela Tati, que nos escuchaba en silencio sentada en el sillón. Nos quedamos calladas observando el verano y entonces Tati, que siempre me pareció una mujer increíblemente especial, dijo con suavidad; "la vida a veces nos pone señales que tenemos que saber interpretar". Sólo eso.
Desde esa tarde y a lo largo de estos años he comprendido que todas las personas transmiten un tipo de energía, unas más y otras menos, unas buenas y otras malas. Esa energía fluye constantemente en todas las relaciones y a través de ella se crea la conexión. Cuánto más fuerte es la energía que se transmite y se recibe, más fuerte es la conexión. Sin embargo, las que son muy diferentes, también crean una conexión aunque más débil. Cuando hablo de diferentes energías, no me refiero a personalidades opuestas, sino a la calidad de aquélla, tal vez lo explica mejor esta frase; "esta persona no me transmite buenas energías...". La conexión, ese concepto tan abstracto que muchas veces no sabemos cómo explicar, es algo que se siente. Hay personas que mentalmente conectan con otras. Alguna vez nos ha pasado que, de repente, pensamos en alguien sin saber por qué, o vemos un objeto, un detalle, una señal incluso un sueño, algo que se relaciona con la persona en la que acabamos pensando; conexión.
Cuando aparecen esas señales que se relacionan con una persona determinada, es porque aunque ya no se tenga relación directa, todavía existe. Y si aún hay relación, esas señales algunas veces nos avisan de que algo pasa con esa persona.
Esta se rompe entre dos personas en una relación de amistad, sentimental, familiar, la que sea, cuando una de las dos o las dos rompen con la transmisión y recepción de sus energías. Se crea una barrera entre ellas y, poco a poco, va desapareciendo la conexión y con ella las señales. Una forma de saber si aún existe, es aprender a confiar en las señales, en los propios sueños, en la energía y en los hechos a posteriori, a veces nos podemos llevar una sorpresa o una mala noticia.
Por supuesto, cuando hablo de energías, conexión y personas, no me refiero a todas las personas, sino más bien a aquellas que en un determinado momento han sido importantes en nuestra vida o las que aún lo siguen siendo, como una hermana, un amigo, un novio, etc.
Yo por lo que he aprendido desde entonces, si a alguien le dedico este post es a Tati, muchas gracias por la lección.