Pesimismo

Pesimismo es un hombre inmortal, de mirada fija y fría, su cabeza está cubierta de canas y sus manos son perfectas. Su voz transmite mucha energía y siempre camina con decisión, sabe cuándo es su momento y aparece sin llamar. Sabe quiénes son los débiles, los toca una vez y ya ha hecho su trabajo con su traje de color gris y esa gabardina...él se va y se quedan los pesimistas que poco a poco se van haciendo transparentes, sólo se ven entre ellos. Así la última vez que Esther iba paseando tuvo esa sensación de ir sola por la calle y llegando al semáforo, lo vio justo en la acera de enfrente, apoyado en un banco fumando un cigarro, cruzó y observó que él también se disponía a caminar, detrás de ella. Trató de caminar más rápido y él también, entró en un bar para hacer tiempo, pidió un cortado un poco nerviosa mientras observaba por la ventana sin conseguir verlo hasta que al sentarse se sorprendió al encontralo sentado en la misma mesa, se sintió violenta y se sentó con cuidado mientras él sonreía.
- Es inútil que corras, en cualquier momento puedo aparecer sin saber necesariamente dónde estás.- Explicó con los brazos cruzados sobre la mesa.
- Tú dirás...- Añadió Esther echando el azúcar en el vaso.
- Ya sabes para qué vengo, lo que me sorprende es que esperes otra cosa.
- ¿Sinceramente? sí, esperaba otra cosa.
- ¿ah sí, y qué esperabas?.
- Es increíble...- Esther se dejó caer sobre el espaldar de la silla y lo miró fijamente.
- ¿ahora es culpa mía, es eso lo que intentas decir Esther?.- Preguntó apoyándose sobre la mesa mientras la observaba.
- ¿por qué yo?.
- Porque me aburro, supongo.- Añadió sonriendo.
- Qué imbécil.
- No me lo estás poniendo muy difícil.
- Pero, ¿cómo puedes ser así?.- Esther echó a un lado el cortado y se acercó.- ¿crees que puedes ir por ahí tocando a la gente porque te aburres? y ya...más pesimistas. De verdad que intento entenderte y no lo consigo, siento desprecio hacia ti y debe ser que te has puesto las botas en poco tiempo porque cada vez se nota más. No quería decírtelo pero sí, la cuidad tiene tu olor, ¿te lo pasas bien?, los medios de comunicación venden valores que para lo único que valen es para construir gente vacía y esa gente no está segura, la política es casi un juego por no hablar de la educación si es que se le puede llamar educación...supongo que estarás contento, ya tienes tu ciclo lleno de pesimismo. Conmigo no podrás, lo intentaste una vez, si aquella cuando conociste a (filo)Sofía y te fuiste con mal sabor de boca, ¿recuerdas?.
- Sí, lo recuerdo y veo que aún sigues preparada, tal vez hoy no sea un buen día.- Dijo mientras se levantaba colocándose la gabardina.- Pero yo también quiero recordarte una cosa y es que son pocos los que están con (filo)Sofía y algunos de los que estaban con ella ya he hecho con ellos lo que tenía que hacer y te diré que son grandes pesimistas, sí Esther grandes pesimistas. Sé que la cuidad huele a mí, es mi trabajo y yo me encargo de eso, de convertir pesimistas, unos logran escapar, otros no y ¿sabes?, los jóvenes son los más débiles...me aburro de cuántos pesimistas puedo convertir en un día.
- ¿tu trabajo?.
- Sí mi trabajo, me encargo de atribuir al universo la mayor imperfección posible.- Explicó con las manos guardadas en los bolsillos.- Si quieres detener el ciclo o romperlo tienes que luchar y la única manera de luchar contra mí es creer en uno mismo.
- Te puedo asegurar que lucharé.- Dijo Esther poniéndose en pie y dejando una moneda en la mesa.

6 comentarios:

Edu dijo...

Los medios de comunicacion empanfletan, predeterminan ideas y actuan como un ambito que produce realidades virtuales.
Un Saludo.

இலை Bohemia இலை dijo...

Yo no tengo ninguna duda de que Esther luchara como una autentica guerrillera...

:o)

Bss

Violeta Limonada dijo...

Tienes un blog muy interesante.
Sigo leyendo...

yraya dijo...

Si es que ahí esta cuando menos te lo esperas...
Un besote guapa

horabaixa dijo...

Hola Peponita,

Creo que la cuenta del Bar la tenía que pagar (por cortesía) el pesimismo.

Siempre se puede pedir cita con "optimismo" y pasar una velada agradable. Puede traerse a sus amig@s.....

Me gustó mucho.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Estos días pesimismo ha tocado en mi puerta... y yo, bonitamente, le he dejado entrar, pero no me he dejado embriagar ni atacar por él. No fuí convencida y salí airosa. El sñor pesimismo tuvo que irse con el rabo entre las piernas. Sé que cualquier día puede venir, pero aquí estoy yo, dispuesta a ser feliz.

Esther, esto que has escrito sobre ese sentimiento tan incómodo que a veces sentimos es muy hermoso.
Besos.