El ascensor




Me gusta mucho el ascensor, pero no porque me ahorre el esfuerzo de subir las escaleras sino porque lo considero una prueba social que en algunos casos puede ser tan divertida como violenta. Ese espacio, que la mayoría de las veces suele ser reducido (a excepción de los que tienen cierto lujo), en el que sin saber por qué extraña razón yo no puedo hablar de temas trascendentales como puedo ser capaz, sino de cosas breves, por ejemplo, del tiempo y si estoy de buen humor dejo caer un qué tal, alguna vez observo lo que hace la persona que está a mi lado, observo como asciendo, observo cuántas personas caben y también el peso máximo, entonces me pregunto cuánto pesaré, me arreglo un poco el pelo o suspiro hondo como si al abrirse la puerta me esperara un club de fans...esto cuando voy acompañada, porque cuando voy sola es otro tema. Sigue siendo un espacio reducido, pero aprovecho con mi intimidad reducida también, para mirarme en el espejo y luego observo cuál es mi lado bueno de la cara, me pongo de un lado, me pongo del otro hasta que me doy cuenta de que mi lado bueno es el izquierdo, le sonrío al espejo, me peino, observo como asciendo, tal vez me coloco la braga que me lleva molestando desde mucho antes, vuelvo a mirarme en el espejo y me peino de nuevo, me miro los dientes, también la nariz para asegurarme, bostezo como una leona, sonrío y a veces pienso qué guapa estoy hoy o también qué mala cara tengo hoy...hasta que llego a mi piso y entonces cuando se abre la puerta tropiezo con alguien, a quien le echo mi mejor sonrisa y le digo con simpatía hola, qué tal.
pd: y no lo he contado todo, todo, eh!

5 comentarios:

horabaixa dijo...

Hola,

Ayer me quedé en la puerta del ascensor, se cerró y me dejó en tierra.
Pero hoy para no subir andando, lo primero que hago es darle al botón. Así que aquí tienes mi comentario.

Muy ocurrente éste del ascensor y muy divertido. Quién no hace núnca cosas parecidas?. Siempre ocurren cosas. Y a veces (siempre) imaginamos que ocurren muchas más.

Otro dia, haz la segunda parte con lo que has dejado ...... en la p.d. Te parece ?

Un abrazo

peponita y venus dijo...

Hola horabaixa, hay días que el ascensor se agradece y sobre todo con el calor. A mí lo que me ocurre es que si va mucha gente, me da la risa tonta...es buena idea lo de la segunda parte, sí. Me gustan mucho tus comentarios porque eres muy objetiva. Un abrazo

yraya dijo...

Ufff, para mi el ascensor también es una prueba y toda una prueba de saber estar, sobre todo cuando entras con alguien que no te infunde confianza o
que su "perfume" no te deja ni respirar, jajaja, entonces ni te acuerdas del espejo.
Besitos.

peponita y venus dijo...

Pues sí,por muy breve que sea la subida o la bajada, pero tal vez el momento que más odio es cuando estornudan a boca abierta, lo odio!!!! Un besote.

இலை Bohemia இலை dijo...

a mí no me gusta nada compartir el ascensor...siempre que puedo lo evito...me parece violento, incomodo...

BSS