Seguramente a todo/as les ha pasado más de una vez lo que narro a continuación. Es ese momento en el que estás disfrutando de un sueño agradable, profundamente dormido/a y de repente das un salto en la cama buscando la hora, desubicado/a durante unos segundos piensas que se te ha hecho tarde para ir a trabajar, hasta que reaccionas y te das cuenta de que es domingo...¡qué alivio! hoy es tu día libre, no hay prisas ni preocupaciones laborales, puedes disfrutar de la cama, de tu sueño y sobre todo, de un ratito más.
3 comentarios:
Hola,
Me alegro de que la inspiración te siga acompañando.
Buena reflexión, a mi esos sobresaltos me pasa en los dias laborales, núnca estoy segura de oir o no el despertador. Y otro de los sobresaltos "peores", de esos que dices, me va a dar algo; Cuando Fosca, mi perrita, sale ladrando como una exhaltación, de debajo de mi cama, sea la hora que sea, por algún ruido que venga de la calle.
Hasta el próximo post.
Un abrazo
Hola, jejejeje a mi también me pasaba eso con la mía, la verdad que me asustaba mucho, hasta que un día la tiré de la cama dormida y dejó de subirse. Estoy en proceso de agregarte pero no sé qué hago que siempre me sale otro blog que no es el tuyo. Hasta pronto, un beso.
ayyyyyyyy que gustirrinin da eso, vuelves a la almohada con una sonrisota de oreja a oreja...También me gusta cuando me despierto y pienso que ya falta poco para que suene el despertador y al mirar la hora veo que me quedan aún unas cuantas horas de sueño...ufff que cosa más maravillosa...jeje
BSS
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